El poder y el dinero

Según Carlos G. Vallés, en un artículo sobre el poder dice lo siguiente:

"El hombre tiene tres impulsos fundamentales: La posesión, el sexo y el poder.
La tendencia a dominar puede crecer de incógnito sin que la persona tenga conciencia de ello."

El deseo de poder puede ser compensación o culpa por la falta de afecto. Quien ama menos quiere dominar más. 

Napoleón era afectuoso por naturaleza pero al acumular más y más poder se fue endureciendo por dentro, hasta que llegó a pronunciar aquellas terribles palabra:"Yo no amo a nadie" "Cuando un hombre reina en toda Europa, no queda lugar para el amor".



El instinto de poder se alimenta de las ambiciones acumuladas durante largos años de espera, de la admiración a alguna persona, de un posible complejo de inferioridad, que paradójicamente provoca intentonas de superioridad, es fruto también, de la inseguridad que busca sobrevivir pisoteando a los demás.

En la convivencia humana, siempre está presente: Las cifras son poder, las cifras son comparación yo tengo más y tu menos, las cifras son competencia.

El poder se hace peligroso cuando es un sustituto oculto de otros impulsos no satisfechos en la persona que manda. El poder puede ser el mayor enemigo de la unión y de la armonía. Los dictadores no dialogan. El que está por encima no arriesga el diálogo y el que está por debajo no puede intentarlo.

Caracteres amables y personas encantadoras pueden endurecerse bajo el impulso del poder. La persona movida por el poder se hace implacable en su ambición. No se preocupa si no de pisotear al otro. Todo el poder del mundo no llegará a compensar la pérdida de sensibilidad, de humanidad, de bondad, de la amistad y del amor.

Hay tres tipos de poder concreto:

El dinero.
El manejar grupos.
Las ideas.

El dinero engendra poder y mucho dinero mucho poder.

Un peligro muy real es irse metiendo más y más en los grupos hasta dominar su vida por completo. La actividad externa siempre tiende a crecer.

El poder de las ideas, poder supremo, sutil, elegante y efectivo. Las ideas gobiernan el mundo. En la historia de la humanidad no gobierna propiamente el rey, si no, su brazo derecho. No el trono si no la sombra. Richelieu en la corte francesa es un ejemplo. La eminencia gris, el guante blanco, la mano negra, dominio esencialmente peligroso porque mantiene oculta la mano que de hecho gobierna.



EL PODER DE LAS IDEAS, EL MAYOR DE LOS PODERES

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