Dios ha muerto

Dios ha muerto
Las tres etapas filosóficas de Nietzche



Federico Nietzche nació en Roeken en 1844, estudió biología en la universidad de Bonn, fue profesor en Basilea. En 1881 comenzó a padecer perturbaciones mentales que no lo abandonaron hasta la muerte.

En la primera etapa estaba harto de la civilización de su tiempo y quería una vida de elevación y exaltación estética.

EN la segunda etapa se aleja del ideal romántico y considera al investigador como el principal autor y conductor de la cultura humana.

En la última y más importante etapa, anuncia un nuevo ideal de existencia humana, “El super hombre” cuyo advenimiento solo es posible por una transmutación de todos los valores aceptados.

Nietzche coloca en el centro de su posición la vida y la voluntad de poder.

Estos escritos produjeron un entusiasmo casi fanático por el poder. Después de muerto este filósofo, la vida llego a tener un nuevo y singular encanto. La voluntad de vivir es la voluntad de poder. Se pregunta ¿Qué es bueno? Y contesta “Todo cuanto eleve en el hombre el sentimiento de poderío” y ¿Qué es malo? “Todo cuánto nace de la debilidad. Los débiles y los fracasados deben sucumbir y se les debe ayudar a perecer. Algo más nocivo que todo vicio, que es la compasión a los fracasados y débiles.

Nietzche distingue dos estimativas morales una que procede de una clase dominante y otra de los esclavos, los sometidos de todo género.

Así como todos los seres se han superado en el transcurso de los siglos, el hombre tiene que hacer lo propio, debe transformarse en un superhombre, con la creación de una nueva cultura, con nuevos valores que han de fincarse en una afirmación de la vida a pesar de todos los dolores.

La creencia de un mundo en el más allá es un signo de debilidad. Quién obra en la vida con la esperanza de una recompensa es un limosnero de felicidad, vive una moral de la propina. Quién lava sus faltas con la bondad y misericordia de un ser supremo, toma a Dios como escudo de sus pecados y es doblemente débil y fracasado.

En su libro “Zaratustra” dice: no creais en aquellos que hablan de esperanzas de una vida eterna. Son espíritus envenenados, son individuos con impotencia para llevar a cabo grandes obras, plenas de poderío, son espíritus resentidos. 

Nietzche entonces ha tenido una influencia considerable en una nueva forma de ateísmo. Con independencia de Dios y si hay independencia de Dios, se olvidan las normas morales, el no robar, el no mentir, y si termina como ha pasado hasta hoy, en un mundo lleno de odio, de matrimonios rotos, de homosexualidad, de un individualismo egoísta, del principio del placer, de gran relativismo moral y del dominio.

Se utilizan venenos dulces, al aborto se le llama interrupción del embarazo. A la eutanasia, se le llama muerte dulce cuando es sacrificar a enfermos o personas de avanzada edad. Las celulas madres sirven para curar a otro matando a seres humanos, el nuevo romance de las parejas equivale al adulterio.

Como dice el título de éste artículo, Dios ha muerto, firma: Nietzche.

Al entrar en un aula de clase, sobre la filosofía del siglo XIX, encontré en la pizarra dos escritos:
Dios ha muerto, firma: Nietzche.
A un costado estaba escrito: Nietzche ha muerto. Firma: Dios

Nietzche era un ser humano con ideas que eran fruto de una civilización de la época, que ha influído en el mundo y lo sigue haciendo, sin embargo uno de los atributos divinos es la inmutabilidad. Y Dios es nuestro padre.

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